Distinta base, mismo ritual

Ayer, mientras hacíamos junto a Gabi la edición vespertina de Entre Nosotros y revolviendo sitios digitales para actualizarme de lo que sucedía en la cámara alta del Congreso Nacional, me encontré con esta noticia. Son ocho andinistas argentinos, más un noveno de 62 años que no hará cumbre, pero que esperará en la base del Everest(5400 msnm) a sus coterraneos que irán por la cumbre (8848 msnm). - Si, yo también lo pensé, muchos ochos en este párrafo -
Lo cierto es que mientras la leía me identificaba, ellos llegaron y para festejar desenfundaron un termo de agua caliente para compartir unos mates.
Muy lejos de allí y más de 2000 msnm abajo, un 31 de diciembre de 2008 dos amigos llegaban a la base del Volcán Lanín por la cara sur, luego de cuatro horas y algo más de caminata entre los bosques de ñire, lenga y pehuenes. Además de haber bebido de cuánto hilo de agua de deshielo se les cruzara. Última subida, 45 minutos, decía un cartel. No me acuerdo si fueron exactos (lo dudo).
La moraleja es: no importa cual sea la base, ni cuantos sean en el grupo. El ritual a la hora de admirar todo desde tan alto es el mismo: TOMAR MATE.



La presencia de Gabi es del otro lado del lente

3 comentarios:

Unknown dijo...

NOBLEZA OBLIGA:
Yo no quería cargar con el mate porque pensaba que era un peso extra.
FInalmente el mate como celebración es muy nuestro y fue bueno.
Estaba helado pero igual los tomamos.
Muy buen recuerdo.
"recordar es volver a pasar por el corazón" me dijo una vez Betina Scotto.

Nati dijo...

Si, definivamente, el mate es eso que nunca falta entre el equipaje. En la orilla de un rio, arriba de una montaña, frente al mar o caminando y descubriendo una gran ciudad, uno siempre se toma unos mates.

Marbot dijo...

Qué bueno eso de "desenfundaronun termo de agua caliente"